22 de mayo de 2014

Cañete, el macho


Cañete, el macho


La actuación anoche del candidato Cañete en el debate electoral fue penosa. En realidad, el planteamiento del debate era penoso desde el inicio: un enfrentamiento limitado a dos partidos, con las reglas del juego pactadas (incluido que no se podían interrumpir), sin público… Vamos, una metáfora de la democracia de juguete que tenemos. Pero puestos a analizar el espectáculo, Cañete parecía un principiante que no sabía ni despedirse sin leer los papeles, que manejó datos hasta 2011, como si los últimos años de gobierno popular no hubiesen ocurrido y que era incapaz de desarrollar una idea propia. Hasta tuvo un lapsus vergonzoso (o quizá un acto fallido) al despedirse cuando en vez de decir “la candidatura que encabezo” dijo “la candidatura que encarezco”…


Escribo todas estas apreciaciones porque después de esa lamentable actuación, asegurar hoy que un “debate político entre un hombre y una mujer es “muy complicado” porque si el hombre demuestra “superioridad intelectual o la que sea” da una impresión “machista” ante una “mujer indefensa”, evidencia precisamente la incapacidad que mostró anoche delante de las cámaras. La incapacidad para entender conceptos tan simples como justicia e igualdad.

Ante tanto momento embarazoso, el peor para Cañete, anoche, fue sin duda, cuando Elena Valenciano comenzó a desarrollar las ideas de igualdad y cómo las políticas públicas de PP están afectando a las mujeres, precisamente el tema que ella mejor maneja. La situación pasó de embarazosa a vergonzosa cuando Cañete no pudo eludir la cuestión de la reforma de la ley del aborto que ha presentado su partido. Lo único que pudo hacer fue mentir. Primero dijo que no había un proyecto de ley presentado ante el Congreso (una verdad a medias puesto que lo que ha habido ha sido una parada en la tramitación de la nueva ley ante el rechazo social que consiguió el anteproyecto). Y después dos mentiras rotundas. La primera, que cuando la nueva ley llegara al Congreso estaría ampliamente consensuada, lo que no había estado la ley en vigor. Si hay algo que caracteriza la ley de derechos sexuales y reproductivos y de interrupción voluntaria del embarazo aprobada en la anterior legislatura fue precisamente el proceso dialogado con el que se desarrolló (por el ministerio de Igualdad pasaron hasta los grupos “pro vida”) y la evidencia de ese consenso es que ni siquiera tuvo que volver al Congreso para ser aprobada, lo consiguió en el Senado.

La segunda mentira al respecto fue cuando Cañete dijo que las niñas de 16 años tienen que pedir autorización para numerosas intervenciones médicas y no para abortar. Lo cierto es que fue precisamente el PP quien aprobó la Ley de autonomía del paciente que bajaba la mayoría de edad sanitaria a los 16 años pero, qué casualidad, con tres excepciones: ensayos clínicos, inseminación artificial y aborto. Es decir, además de los ensayos clínicos, las únicas excepciones para tomar decisiones sobre el propio cuerpo son para las mujeres -será por la superioridad intelectual de los muchachos de 16 años frente a las muchachas de su misma edad-.




Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Cuando se trate de menores no incapaces ni incapacitados, pero emancipados o con dieciséis años cumplidos, no cabe prestar el consentimiento por representación. Sin embargo, en caso de actuación de grave riesgo, según el criterio del facultativo, los padres serán informados y su opinión será tenida en cuenta para la toma de la decisión correspondiente.

4. La interrupción voluntaria del embarazo, la práctica de ensayos clínicos y la práctica de técnicas de reproducción humana asistida se rigen por lo establecido con carácter general sobre la mayoría de edad y por las disposiciones especiales de aplicación.

Que ahora nos venga Cañete a hablar de su superioridad intelectual sobre las mujeres -sobre todas las mujeres- es un insulto. No sé qué pensarán sus compañeras de partido pero desde luego, se han ganado a pulso que ni una sola mujer le vote, da igual cuál sea su ideología. Creo que por muy conservadora que una sea, hay cosas que ofenden y muestran con claridad para quién gobiernan los machos como Cañete.



La noticia, tal cuál la ha publicado Europa Press

El candidato del PP a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, ha afirmado este viernes que un debate político entre un hombre y una mujer es “muy complicado” porque si el hombre demuestra “superioridad intelectual o la que sea” da una impresión “machista” ante una “mujer indefensa”.

En una entrevista en Antena 3 recogida por Europa Press, Arias Cañete ha dicho ser consciente de que su contrincante en el debate electoral del jueves, Elena Valenciano, no es una mujer indefensa, sino una “política profesional”, pero considera que esa es la percepción. “Si debato con el señor Rubalcaba nos podemos decir todas las barbaridades, pero con una mujer se interpreta de otra manera”, ha dicho.

El exministro está convencido de que ganó el debate, ha dicho saber “perfectamente” lo que hizo bien y mal, y cree que ha “aprobado” esa prueba, aunque tal vez “no con un diez”. Además, ha estado de acuerdo con algunos analistas en que durante el cara a cara no fue él mismo.

“Con todas las provocaciones de la señora Valenciano, toda la demagogia y apelaciones al populismo, con todas las medias verdades y mentiras, si soy yo mismo me temo. Entraría a matar”, se ha justificado, y acto seguido ha hecho su análisis sobre cómo se percibe un debate entre un hombre y una mujer. “Prefiero hacerlo de la manera en que lo he hecho”, ha insistido después.
“Soy muy espontáneo y digo siempre lo que pienso y a veces no soy políticamente correcto”, ha dicho después, asegurando que en muchas ocasiones hace un “ejercicio de contención” casi “hasta el límite”.

Arias Cañete ha explicado que el debate era “muy complejo” y ha justificado su frecuente recurso a la lectura en que tenía que elegir a cuál de los cientos de ataques respondía, y con qué argumentos. Además, cree que estando en la oposición el discurso es más fácil, porque los socialistas proponen “no hacer nada en España y que lo hagan todo en la UE”, a modo de “carta a los Reyes Magos”, mientras que el Gobierno tiene que mostrar “más rigor”.

A su juicio, mientras él mostró datos los socialistas trataron de apelar a las “sensaciones” de los ciudadanos y tocar “todos los ámbitos donde creen que pueden arrancar votos”.
En su opinión, él hizo lo que tenía que hacer y ha recalcado que cada candidato se dirigía a su propio electorado, es decir, que Valenciano salió a “recuperar” votantes del PSOE que se han ido a IU, y él a recuperar a quienes votaron al PP en las elecciones generales.

NO PACTARON DEJAR FUERA CATALUÑA NI LA CORRUPCIÓN

También ha asegurado que no hubo pacto alguno entre socialistas y populares para no hablar de Cataluña –aunque ha recordado que él hizo una mención– ni tampoco de la corrupción, y ha recordado que este no es un asunto europeo, sino una cuestión que deben resolver los tribunales nacionales y que sobre los corruptos “caiga todo el peso de la ley”.

Arias Cañete ha dicho que no se sentía cómodo con el ‘tuit’ de su compañeras Asturiana Mercedes Fernández, que comparó a los candidatos como “abogado del Estado” y “telefonista de Ferraz”. “No me siento cómodo con ningún tuit, me dan mucho miedo todos”, ha afirmado, y ha reiterado sus argumentos sobre la percepción de un debate entre un hombre y una mujer.

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