Hace muchos años que conozco a Anna, y sigo de cerca su trabajo como seleccionadora.
Fue la primera mujer condecorada con el premio Dona i Esport que otorgaba el Institut Català de la Dona. Después de ese premio, vinieron otros que confirmaban la relevancia de esta exdeportista para nuestro país, como la Medalla de Plata del Real Orden del Mérito Deportivo en el 2006, o la Creu de Sant Jordi, en el 2008.
Ella ha demostrado que el trabajo en equipo, el carácter resolutivo y tenaz, y la innovación aplicada al deporte son fundamentales para el éxito. Un éxito que ayuda a nuestro deporte y, de paso, a nuestra ciudad y a Catalunya. Pero las medallas de hoy tampoco pueden explicarse sin recordar el trabajo que hacen cada día los clubs y entidades deportivas.
Estos éxitos son también el fruto del esfuerzo, la constancia y la ilusión de deportistas que, como Andrea, Ona, Clara, Paula, Cristina, Irene y el resto del equipo de natación sincronizada son un ejemplo de espíritu de vida para nuestros jóvenes.
Ejemplo para el 2013
En el 2003, Barcelona hizo una apuesta por los Mundiales y, desde entonces, la natación sincronizada no ha parado de cosechar victorias. Hace muchos años que las atletas de Anna nos traen medallas, incluidas olímpicas. Eso ha hecho que nos convirtamos hoy, de nuevo, en un referente mundial en esta modalidad.
En el 2013, Barcelona será otra vez la organizadora de los Mundiales de natación , y estoy segura de que los éxitos de Anna Tarrés son la mejor carta de presentación que puede tener la ciudad. Estoy convencida de que su ejemplo debe inspirar nuestro trabajo al frente de la ciudad y su deporte. Como Anna, creo que solo con la perseverancia y el trabajo en equipo seguiremos siendo una de las ciudades referentes en deportes.
* Teniente de Alcalde de Barcelona
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