28 de octubre de 2011

Por la Igualdad de sexo en la Corona Britanica

El primer ministro británico ha escrito a los otros quince países de la Commonwealth que tienen a Isabel II como Monarca para pedirles su apoyo para derogar las leyes que dan prioridad en el acceso al Trono a un varón sobre una hermana de mayor edad. Así le ocurrió a Victoria, hija mayor de la Reina Victoria, que vio cómo su hermano menor era proclamado Rey como Eduardo VII.

David Cameron debe de sentirse con más fortaleza política que sus antecesores laboristas, Gordon Brown y Tony Blair, que fracasaron en anteriores intentos en la misma dirección. El líder conservador espera obtener en una cumbre este mes en Australia el imprescindible apoyo de los jefes de Estado y de gobierno de la Commonwealth, que incluye a países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica y varias ex colonias británicas, además del propio Reino Unido.
En su carta, Cameron explica que «abrazamos la igualdad de género en todos los demás aspectos de la vida, y es una anormalidad que en las normas relacionadas con la más alta institución pública sigamos manteniendo la superioridad masculina». El Gobierno británico quiere que, en el futuro, la sucesión al Trono esté determinada por el orden de nacimiento. La medida no alteraría la línea sucesoria de Isabel II, pero supondría que una posible primera hija de los Duques de Cambridge sucedería al Príncipe Guillermo en la línea al trono. En el caso de Isabel II, que el año que viene celebrará el 60 aniversario de su coronación, la inesperada abdicación de su tío, Eduardo VII, por su matrimonio con una mujer divorciada entregó la Corona de forma prematura a su padre, Jorge VI, lo que colocó a la entonces Alteza Real Princesa Isabel, hermana mayor de dos niñas, como heredera.
La reforma cuenta en principio con el apoyo de los ciudadanos. Según un estudio publicado por la empresa de sondeos Yougov en abril, días antes de la boda entre el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, el 68 por ciento defiende que se cambie la ley, frente a un 20 por ciento que prefiere que se mantenga la preferencia masculina. Los cambios deben introducirse en los 16 países que tienen a Isabel II como reina y jefa de Estado. En alguno de ellos, como Australia o Canadá, los gobiernos podrían encontrar algunas resistencias políticas desde sectores republicanos o soberanistas. En el caso del Reino Unido, la iniciativa del gobierno cuenta con el apoyo de la Reina, según el diario «The Times».
Cameron quiere además que la reforma elimine la prohibición de acceder al Trono a los casados con un católico —«una anomalía histórica», según el «premier»—, la única fe distinta a la anglicana afectada por una prohibición así.

viernes 28 de octubre de 2011

Igualdad en la sucesión a la Corona británica

Los 16 países miembros de la Commonwealth que tienen a la Reina de Inglaterra como soberana han aprobado la propuesta del primer ministro británico, David Cameron, de eliminar la preferencia masculina en el acceso al trono. La histórica reforma constitucional, que requiere todavía un largo camino legislativo, pondrá fin a 300 años de discriminación de las hijas de reyes, que debían ceder el paso en la línea sucesoria a sus hermanos pequeños. La monarquía británica se une así a las de Suecia, Holanda o Bélgica en adaptar las normas dinásticas a los principios igualitarios de su época, y deja a la Familia Real española pendiente de que el Parlamento que surja de las urnas el próximo 20 de noviembre decida abordar la cuestión.

Cameron envió una carta hace unas semanas a sus homólogos en los otros 15 estados miembros de la Commonwealth (formada por 54 países en total) que tienen a Isabel II como jefa de Estado. Los llamados "reinos" incluyen a Canadá, Australia y Nueva Zelanda, además de varias islas y pequeñas naciones como Barbados o Jamaica. Su propuesta de reforma llegaba a la cumbre de esta comunidad de ex colonias británicas, celebrada en Perth (Australia), después de más de diez intentos previos en las últimas décadas. Todos ellos infructuosos, por lo complejo de la ingeniería constitucional que implica modificar leyes como la carta de Derechos de 1689, la Ley de Instauración de 1701 o la Ley de Matrimonios Reales de 1772. Pero Cameron lo tenía claro, y le ha beneficiado el clima de simpatía hacia los Windsor que generó la boda de los Duques de Cambridge.

«La idea de que un hijo menor se convierta en Rey en vez de una hija de más edad, solo por el hecho de ser un hombre, ya no es aceptable. Dicho de forma más simple, si los Duques de Cambridge tienen una niña, esa niña será algún día nuestra Reina», ha dicho Cameron. Quien sabe, porque median demasiadas condiciones de por medio, pero si el Príncipe Guillermo y Catalina tuvieran descendencia, y si la primera en nacer fuera una niña, y decidieran ponerle el nombre de su abuela, habría nacido una futura Isabel III. Si, y solo si, se mantiene igual de bajo que hasta ahora el espíritu republicano en las islas.

Julia Gillard, «entusiasmada»

La anfitriona de la cumbre, la primera ministra australiana Julia Gillard, se ha mostrado «entusiasmada» ante la decisión. Gillard es además la primera mujer en dirigir el gobierno de su país.

La reunión coincide con la decimosexta visita de Isabel II a Australia, un país en el que siempre ha estado vivo el debate sobre el modelo de Estado. Hace doce años, los australianos rechazaron en referéndum convertirse en una república, y los sondeos más recientes indican una sólida mayoría de un 55% a favor de la monarquía. Un 34% se declara republicano, un porcentaje que en Reino Unido baja hasta el 20%, según los sondeos de la empresa Yougov. Isabel II, de 85 años, celebrará el año que viene sus "bodas de diamante" con el 60 aniversario de su llegada al trono.

De niña, la actual soberana era, como nieta de Jorge V, la tercera en la línea sucesoria, después de su tío Eduardo –que reinaría como Eduardo VIII durante menos de un año, antes de abdicar para casarse con Wallis Simpson, una estadounidense divorciada- y de su padre, Jorge VI. A la muerte de este en 1952, la entonces princesa heredera le sucedió, al ser la mayor de las dos únicas hijas que tuvo el monarca, Isabel y Margarita. Le reforma aprobada ayer se aplicará solo a partir de los descendientes del actual Príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, y no alterará de forma retroactiva a los herederos de Isabel II.

La reforma incluye la abolición de otra tradicional restricción, que impedía acceder al trono a quien estuviera casado con un católico, la única religión que se enfrentaba a una discriminación así.

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