La oenegé Oxfam teme que la búsqueda de una salida política merme los avances
La discriminación femenina se ha visto reducida en los últimos 10 años
El 7 de octubre se cumplirán 10 años de la intervención internacional en Afganistán. Si bien en esta década ha habido algunos avances positivos en los derechos de la mujer, la celeridad en las negociaciones para un acuerdo de paz con los talibanes hacía temer que pudiera minar los logros alcanzados por las afganas. El presidente afgano, Hamid Karzai, anunció el sábado la suspensión de dicho diálogo, aunque seguirán los esfuerzos por otras vías.
La oenegé internacional Oxfam advierte en un informe publicado hoy del riesgo que corren las mujeres en el futuro si se busca una salida rápida al conflicto afgano. Por ese motivo, Oxfam insta a EEUU, el Reino Unido y a otros países a no abandonar a las afganas y seguir protegiendo sus derechos después del 2014, fecha en que debe concluir la retirada de las tropas extranjeras.
Una solución rápida para la paz podría condenar de nuevo a la mujer al ostracismo y al trato vejatorio. Durante el periodo talibán, las afganas eran un cero a la izquierda. No valían nada y estaban sometidas a la voluntad del hombre. Ahora hay mujeres que tienen vida pública, que tienen representación en el Parlamento. Se han creado numerosas asociaciones de mujeres, algo impensable en la época talibán.
EDUCACIÓN Y TRABAJO / Las niñas pueden acceder a una educación y muchas mujeres han vuelto a recuperar el trabajo, como maestras, enfermeras o doctoras. Se ha hecho mucho por mejorar las condiciones de la mujer pero no es suficiente.
El informe de Oxfam revela que «a pesar de que han sido fuertes los avances en la educación, con unos 2,7 millones de niñas en la escuela en comparación con unas pocas miles en tiempo de los talibanes, otras zonas del país muestran un progreso desigual».
Asimismo, en el Parlamento afgano, tras las elecciones del 2005, se acordó fijar en 68 el número mínimo de escaños reservados para las mujeres. Sin embargo, dice Oxfam, «ahora hay solo una ministra en comparación con tres en el 2004».
También, insiste Oxfam, el número de mujeres en la administración pública «se ha reducido del 31% en el 2006 al 18,5%». Además, la ley para la eliminación de la violencia contra las mujeres -que tipifica como delito las prácticas tradicionales como los crímenes de honor o los matrimonios forzados de niñas para resolver disputas- solo se aplica en 10 de las 34 provincias de Afganistán.
El asesinato del jefe del Consejo de Paz afgano, Burhanuddin Rabbani -que ha provocado la ruptura del diálogo con los insurgentes- refleja la volátil situación que impera en Afganistán, por lo que los derechos de las mujeres, aclamado como uno de los pilares de la estabilidad, podrían ser fácilmente ignorados en la búsqueda de una salida política.
La oenegé internacional Oxfam advierte en un informe publicado hoy del riesgo que corren las mujeres en el futuro si se busca una salida rápida al conflicto afgano. Por ese motivo, Oxfam insta a EEUU, el Reino Unido y a otros países a no abandonar a las afganas y seguir protegiendo sus derechos después del 2014, fecha en que debe concluir la retirada de las tropas extranjeras.
Una solución rápida para la paz podría condenar de nuevo a la mujer al ostracismo y al trato vejatorio. Durante el periodo talibán, las afganas eran un cero a la izquierda. No valían nada y estaban sometidas a la voluntad del hombre. Ahora hay mujeres que tienen vida pública, que tienen representación en el Parlamento. Se han creado numerosas asociaciones de mujeres, algo impensable en la época talibán.
EDUCACIÓN Y TRABAJO / Las niñas pueden acceder a una educación y muchas mujeres han vuelto a recuperar el trabajo, como maestras, enfermeras o doctoras. Se ha hecho mucho por mejorar las condiciones de la mujer pero no es suficiente.
El informe de Oxfam revela que «a pesar de que han sido fuertes los avances en la educación, con unos 2,7 millones de niñas en la escuela en comparación con unas pocas miles en tiempo de los talibanes, otras zonas del país muestran un progreso desigual».
Asimismo, en el Parlamento afgano, tras las elecciones del 2005, se acordó fijar en 68 el número mínimo de escaños reservados para las mujeres. Sin embargo, dice Oxfam, «ahora hay solo una ministra en comparación con tres en el 2004».
También, insiste Oxfam, el número de mujeres en la administración pública «se ha reducido del 31% en el 2006 al 18,5%». Además, la ley para la eliminación de la violencia contra las mujeres -que tipifica como delito las prácticas tradicionales como los crímenes de honor o los matrimonios forzados de niñas para resolver disputas- solo se aplica en 10 de las 34 provincias de Afganistán.
El asesinato del jefe del Consejo de Paz afgano, Burhanuddin Rabbani -que ha provocado la ruptura del diálogo con los insurgentes- refleja la volátil situación que impera en Afganistán, por lo que los derechos de las mujeres, aclamado como uno de los pilares de la estabilidad, podrían ser fácilmente ignorados en la búsqueda de una salida política.

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