23 de diciembre de 2011

Presidente Rajoy, rodéese de más mujeres, por favor



No era previsible un Gobierno paritario de Mariano Rajoy, cuyo partido, el PP, se ha hartado de decir que no cree en las cuotas femeninas. Así que no caben decepciones. Ya se ha hablado mucho estos días de la escasa proporción de mujeres en el Ejecutivo, como ha señalado en este blog Gabriela Cañas, por eso no me voy a extender más en ello. Aunque sea una muy mala noticia.


En respuesta a muchas de las opiniones que vierten en este blog los lectores, vaya por delante que cuando defendemos las cuotas en puestos de responsabilidad lo hacemos porque creemos que deben elegirse la misma proporción de mujeres que de hombres entre aquellos candidatos más cualificados para que la sociedad esté equitativamente representada. Y que casi siempre las mujeres que ocupan puestos de poder han llegado esforzándose por un camino mucho más empinado y tortuoso que los hombres. Un ejemplo. La nueva vicepresidenta ha renunciado a la baja durante la cuarentena tras el partopara demostrar que podía y quería ocupar el puesto. Ninguno de los ministros varones se ha enfrentado ante una elección vital de tanto calado para optar a la cartera.


Pero sí quiero destacar algunos ligeros avances en este nuevo Ejecutivo conservador. Aunque la proporción de mujeres sea menor que la de los Gobiernos paritarios del PSOE –cuatro ministras de 13 carteras suponen apenas un 30%-, es ligeramente superior a la de los Ejecutivos de José María Aznar. En la primera legislatura (1996-2000) llegaron a coincidir a la vez cuatro mujeres en 14 ministerios (28,5%) y, en la siguiente, el momento en el que más ministras hubo no pasaron de cinco de 18 cargos (27,7%). Por eso, el de ahora es un pequeño paso.


Por otro lado, las ministras de Rajoy copan tareas de calado. La más destacada, la vicepresidencia, que aúna el Ministerio de la Presidencia y la portavocía, de Soraya Sáenz de Santamaría. Será la segunda española que ocupe el puesto, después de la socialista María Teresa Fernández de la Vega. Pero también son reseñables el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, de Fátima Báñez, que tendrá sin duda una de las tareas más difíciles en un país con cinco millones de parados; el de Fomento, de Ana Pastor, que, pese a tener difícil contemplar nuevas inversiones en infraestructuras por la austeridad que defiende Rajoy, tiene en sus manos las principales redes de transporte. O el de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con Ana Mato, que debe convertirse en verdadero supervisor de las competencias autonómicas, entre otras difíciles tareas, a tenor de lo anunciado hasta ahora por Rajoy.


Sus predecesoras de la época de Aznar no ocuparon los ministerios de más peso, y se limitaron a Educación y Cultura, Medio Ambiente o Sanidad (áreas que hoy ni siquiera tienen un ministerio por sí solas). Salvo excepciones contadas, como Ana Palacio en Exteriores, o Margarita Mariscal de Gante, en Justicia.


Y, sobre todo, sorprende que Rajoy haya decidido mantener el área de Igualdad, que queda bajo el mando de Mato, aunque ya no merecerá ni siquiera una secretaría de estado propia. Es posible que, tal y como el PP dejó claro durante la campaña electoral, ahora se enfoque la lucha por la igualdad en el desarrollo de las políticas de conciliación, pese a que solo contempla medidas para las personas que trabajan y no para toda la población.


Aunque abordada como una política integral, primar la conciliación podría ayudar a crear nuevos puestos de trabajo y a cambiar la mentalidad de un sistema basado en la jornada presencial por otro que prime la productividad. No dispongo de datos científicos que lo demuestren, pero conozco a muchas mujeres que, para poder cuidar a sus hijos, han renunciado a parte de su sueldo para poder acortar su jornada, sin que ello les haya supuesto una reducción de sus obligaciones laborales. Y sacan adelante sus tareas sin perder el tiempo en tomar cafés o en reuniones poco productivas, muchas veces comiendo con la tartera ante el ordenador, ante el riesgo de ser despedidas si no cumplen.


Por último, es de destacar la imagen tan distinta que ha dado Rajoy en la oposición -rodeado de colaboradoras como Dolores de Cospedal, Sáenz de Santamaría o Mato en los puestos de máxima confianza- de la que dará como presidente, con un Consejo de Ministros eminentemente masculino.


El presidente ha elegido un Gobierno formado íntegramente con personas con las que mantiene una amistad o una relación muy estrecha desde hace años. Rajoy no es partidario de las cuotas femeninas, pero sí de la cuota de sus amigos. Así que no queda más que lamentar que Rajoy no tenga más amigas. Señor presidente, ahora que está obligado a completar el gran equipo que es un Gobierno, hágase el favor de tratar de buscar más mujeres. Rodéese de mujeres, no tenga miedo. Mire qué buen resultado le ha dado hasta ahora.






Blog Mujeres (El Pais)

No hay comentarios:

Publicar un comentario