20 de enero de 2013

Audrey Hepburn


Audrey Hepburn fue una actriz británico-belga, ganadora del Oscar y del premio Tony. Está considerada por la American Film Institute como la tercera mejor estrella femenina de todos los tiempos. Wikipedia

Fecha de nacimiento: 4 de mayo de 1929, Ixelles
Fecha de la muerte: 20 de enero de 1993, Tolochenaz
Estatura: 1,70 m
Hijos: Sean Hepburn Ferrer, Luca Dotti
CónyugeAndrea Dotti (m. 1969–1982), Mel Ferrer (m. 1954–1968)







El estilo de Audrey Hepburn sigue de moda 20 años después de su muerte
El negro, el blanco y el beige configuraban la paleta cromática de su armario. Puso de moda el pelo corto, los pantalones piratas, los jerséis masculinos, las bailarinas y las gafas de sol grandes


La delgadez y el porte aristocrático de Audrey Hepburn se tradujeron en un estilo que aún hoy, 20 años después de su muerte, sigue vigente. Sin proponérselo, se convirtió en un icono y puso de moda el pelo corto, los pantalones piratas, los jerséis masculinos, las bailarinas y las gafas de sol grandes.

En una época dominada por actrices con exuberantes curvas que hacían gala de la voluptuosidad, la protagonista de "Charada" lució una imagen angelical, etérea y muy parisina gracias a prendas tan sencillas como el pantalón pitillo, los jerséis de cuello cisne y las camisas blancas.

Prendas a las que sumó vestidos negros sin mangas con largo por debajo de la rodilla, trajes de chaquetas, gabardinas anudadas a la cintura, pichis conjuntados con suéter de manga larga, pantalones tobilleros, bailarinas y zapatos mocasines. Los colores neutros fueron sus favoritos. El negro, el blanco y el beige configuraban la paleta cromática de su armario, aunque de vez en cuando, se permitía la licencia de vestirse en tonos rosas o verdes.



Por regla general, la actriz rechazaba los patrones exagerados, los escotes generosos y las aperturas atrevidas, así como los adornos llamativos y los tejidos brillantes. Aunque Hubert de Givenchy se convierte en su modisto de cabecera y confecciona prendas exclusivas para realzar su figura, Yves Saint Laurent y Valentino se encargan de las prendas pret-á-porter, con las que reinterpreta un "look" andrógino.

En la década de los 70 apuesta por los abrigos amplios con cinturón, los pantalones de campana y el pañuelo anudado a la cabeza. Para los estilismos de fiesta y noche, la actriz solía lucir hermosos diseños con increíbles faldas con vuelo, vestidos largos con cortes asimétricos que dejaban sus hombros al descubierto, la mayoría de ellos confeccionados en telas brocadas, tules o rasos. Los tocados y sombreros, los collares de perlas, las gafas de sol tamaño XXL, los guantes y los bolsos fueron sus accesorios favoritos. Rara vez se le veía con joyas llamativas ni relojes.
La vida de un icono del estilo

El 20 de enero de 1993, Audrey Hepburn fallecía en Suiza a los 63 años de edad, pero su imagen sigue intacta, no solo por sus trabajos cinematográficos, sino también por su gusto en el vestir. "Sabía mirarse al espejo y amaba la sencillez, su estilo sigue siendo muy imitado", ha dicho el escritor Juan Tejero, autor de "Audrey Hepburn, una princesa en la corte de Hollywood".

Audrey Hepburn es un icono de estilo que ha traspasado décadas y modas. "Su imagen jovial, fresca y moderna ha sido imitada por cientos de mujeres", explica Tejero. Quizá porque, a pesar de nacer en el seno de una familia aristocrática en Bélgica y de vivir en primera persona el hambre, el frío y la carencia afectiva, Hepburn prefirió escoger una forma de vestir alejada del lujo y de la ostentosidad.


Más allá de su imagen y de su exquisita elegancia, Audrey Hepburn también sigue de moda por sutrayectoria profesional que comenzó con la película "Vacaciones en Roma" en la que interpretó a una princesa que se fuga de palacio para conocer la Roma popular, un trabajo que le valió el único Oscar de su carrera. "Sabrina", "My Fair Lady", "Historia de una monja", "Sola en la oscuridad" o "Desayuno con diamantes" son algunos de los filmes en los que la dama del cine proyectó su magnetismo, su encanto y sello personal.

Estuvo casada primero con el actor y productor estadounidense Mel Ferrer y más tarde con el psicólogo italiano Adrea Dotti, y se volcó también en su papel de madre con sus hijos Sean Ferrer y Luca Dotti y en sus tareas humanitarias en Unicef.

Audrey Hepburn, de cenicienta a princesa de Hollywood


No se sabe si fue por su elegancia y rostro angelical, por su frescura en la pantalla o por su sangre aristocrática, lo cierto es que Audrey Hepburn, tras una infancia pobre de afecto en la que el hambre también estuvo presente, como en un cuento de hadas, se convirtió en una princesa de Hollywood.

Tenía talento, gracia y encanto personal. "Audrey es un icono, está por encima de las modas. Su imagen es tan moderna y fresca como en los años 60", dice en una entrevista con Efe el escritor, periodista y editor Juan Tejero, autor de "Audrey Hepburn, una princesa en la corte de Hollywood" (T&B Editores).

Aunque su vida sentimental ha sido objeto de muchas biografías no autorizadas, este libro presta más atención a los entresijos profesionales y a la infancia de la actriz que a su vida amorosa.

"Vivió una niñez difícil, pero tras su éxito disfrutó de una vida tranquila y discreta, ajena a los escándalos y episodios morbosos", explica Tejero, experto en temas cinematográficos.

Nacida en el seno de una familia aristocrática en Bélgica, a Audrey Hepburn nunca le gustó hablar de su infancia, un periodo de su vida muy pobre de afecto y que siempre fue tabú. "El abandono de su padre, fue el mayor trauma de su vida", asegura Tejero

El autor cuenta que la protagonista de "Desayuno con diamantes" fue víctima de la distante y severa personalidad de su madre. "Era fabulosa, tenía mucho amor, pero era incapaz de expresarlo. Buscaba unas caricias que a veces las encontraba en brazos de institutrices", desveló en una ocasión Hepburn.

Por desgracia, el hambre y la desnutrición estuvieron presentes en la niñez de la actriz. Al final de la II Guerra Mundial, su familia no tenía leche, ni huevos, ni electricidad ni agua corriente, "se alimentaban con tulipanes, pan de guisante y alimentos más o menos comestibles", según relata Tejero.

Eran tiempos en los que las redadas por la fuerza de mujeres y jóvenes para trabajar como empleadas domésticas eran habituales. En una de ellas, Audrey se vio atrapada, pero, ante el descuido de un soldado, puedo huir y se escondió en el sótano de un edificio, donde permaneció un mes y "sobrevivió comiendo manzanas y un poco de pan".

Su madre pensaba que había muerto, pero Audrey salió de su escondite y se presentó en su casa, eso sí, enferma de ictericia. Ambas emigraron a Londres, donde la protagonista de "Guerra y Paz" pudo continuar con sus añoradas clases de ballet y estudios de Arte Dramático, mientras la baronesa trabajaba como limpiadora.

Con media docena de papeles insignificantes en Gran Bretaña, la joven actriz deslumbró en Brodway con "Gigi", papel que la convirtió en la más prometedora de las estrellas de la Paramount. Y así se convirtió de cenicienta en princesa. "Era una actriz completa, muy dúctil, capaz de tocar varios géneros", asegura Tejero.

En un principio con filmes como "Vacaciones en Roma" o "Sabrina" corrió el peligro de encasillarse como una actriz de comedia romántica, pero tras "Historia de una monja", Hepburn demostró que era capaz de hacer papeles dramáticos.

No siempre hizo buenas películas, pero en todas dejó el sello personal de su elegancia.

A juicio de Tejero, la protagonista de "Charada" fue "una gran actriz que también hizo malos filmes", como "Mansiones Verdes", junto a su primer esposo Mel Ferrer.

Podría haber sido una estrella más grande, pero se retiró a una edad muy temprana. "Para ella era más importante su vida familiar que su carrera", añade el autor.

Aunque sufrió varios abortos, Hepburn tuvo dos hijos y prestó su imagen para ayudar a niños somalíes como embajadora de Unicef.

Billy Wilder dijo que Audrey "podía hacer que los grandes pechos fuera cosas del pasado". En una época dominada por actrices voluptuosas y con exuberantes curvas, la protagonista de "Desayuno con diamantes" lució una imagen etérea y muy parisina.

Puso de moda el pelo corto, la extremada delgadez, los pantalones piratas y los zapatos de tacón.

"Sabía mirarse al espejo y amaba la sencillez. Su estilo fue imitado por cientos de jovencitas. Hechizó al mundo entero vestida por Givenchy", dice Tejero

El diseñador cantaba a los cuatro vientos que la protagonista de "My fair lady" "tenía los hombros bonitos, la cintura muy delgada, las caderas estrechas y las piernas muy largas" y se preguntaba: ¿Hay alguna mujer a la que no le gustaría ser Audrey Hepburn?".

Sin embargo, pese a su dos matrimonios, el segundo con el cirujano Adrea Dotti, Audrey no tuvo suerte en el amor. "Creo que amó más de lo que la quisieron", concluye Tejero.







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