22 de marzo de 2014

LAS MUJERES Y LA DEMOCRACIA

La democracia siempre ha sido una cuestión de gran interés para las mujeres. La democracia requiere que se escuchen las voces y los intereses de los ciudadanos, y que se delibere y legisle al respecto. Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial y, por ende, su voz debe ser escuchada en el proceso democrático. La democracia necesita a las mujeres para preservar su autenticidad y las mujeres necesitan la democracia para cambiar los sistemas y las leyes que les impiden, a ellas tanto como a las sociedades en su conjunto, lograr la igualdad.


Es mediante la representación democrática que pueden estar representados los intereses de las mujeres y pueden oírse sus voces. El Artículo 7 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) reitera la importancia de la representación de las mujeres en la vida política de sus países: «…los Estados Partes garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a::
(a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
(b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales.»




Empleadas de la Comisión Nacional Electoral fijan

un cartel frente a su local en Jartum, Sudán, el

primer día de las elecciones nacionales de 2010.

(Foto de las Naciones Unidas)


El papel de las mujeres en los procesos democráticos se acentúa más en la resolución aprobada por la Asamblea General en 2011, sobre la participación política de las mujeres (A/RES/66/130), en que se reafirma «que la participación activa de la mujer, en pie de igualdad con el hombre, en todos los niveles de la adopción de decisiones, es indispensable para el logro de la igualdad, el desarrollo sostenible, la paz y la democracia».


Pese a esos adelantos normativos, esos objetivos, por universales que sean, siguen siendo inaccesibles para muchas mujeres. El progreso ha sido demasiado lento en cuanto a acrecentar las cantidades de mujeres en cargos representativos: entre los parlamentarios, el promedio sigue siendo inferior a una mujer cada cinco, y además, las mujeres están deficientemente representadas en los órganos locales de adopción de decisiones, como alcaldesas o como miembros de los consejos municipales.


Las mujeres siguen insuficientemente representadas en los puestos electivos. Los países, en su mayoría, están lejos de alcanzar la masa crítica del 30% propuesta en 1995 en la Plataforma de Acción de Beijing. Las instituciones políticas—desde los partidos políticos hasta las comisiones electorales—suelen carecer de capacidad para asegurar que los intereses de las mujeres se expresen y se incorporen en las políticas públicas. Las instituciones encargadas de la rendición de cuentas no aseguran sistemáticamente que los funcionarios ejecutivos se responsabilicen ante las mujeres por las deficiencias en la protección de los derechos de la mujer o la respuesta a sus necesidades.


En situaciones posteriores a conflictos, es más evidente la falta de acceso de las mujeres a las instituciones democráticas y los procesos democráticos. En la resolución 1325 del Consejo de Seguridad se exhorta a los Estados Miembros a que acrecienten la representación de las mujeres en todos los planos de adopción de decisiones. En respuesta, en los países donde las Naciones Unidas llevan a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, el Departamento de Operaciones para el Mantenimiento de la Paz y el Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno intervienen a fin de facilitar la participación de las mujeres en los procesos políticos y la inclusión de las mujeres en las estructuras de gobernanza.
Cuatro prácticas fundamentales para asegurar la efectiva participación política de la mujer




Los aldeanos leen material electoral de instrucción

proporcionada por la Misión de las Naciones Unidas

en Liberia durante una gira de sensibilización (2005).

Foto de la ONU
1. Asegurar que las elecciones, tanto locales como nacionales, sean imparciales y de libre acceso para las mujeres.


Promover medidas especiales transitorias, como establecimiento de cuotas, exención de pago de derechos en el trámite de presentación de candidaturas, acceso a los medios públicos de difusión, acceso a recursos públicos y sanciones aplicables a los políticos que no dan cumplimiento a esas normas, a fin de acrecentar la participación de las mujeres, tanto en calidad de funcionarias electas como de funcionarias designadas en instituciones políticas. Promover el empadronamiento a fin de posibilitar que las mujeres ejerzan su derecho democrático al voto. En colaboración con órganos de gestión electoral y con partidos políticos, adoptar medidas para responder a los factores que impiden la participación de las mujeres en política (violencia contra la mujer, ausencia de guarderías infantiles, prejuicios de género en los reportajes en medios de difusión, prácticas no transparentes de los partidos políticos, falta de financiación de campañas políticas).
2. Apoyar a las organizaciones de la sociedad civil de mujeres a fin de promover los intereses de la mujer


Proporcionar asistencia a la elaboración de temarios para políticas colectivas, por ejemplo, Cartas de la Mujer, o a la celebración de Convenciones Nacionales sobre la Mujer. Las mujeres comparten prioridades, por encima de cualquier diferencia que puedan tener. Esas prioridades compartidas pueden ser las relativas a su derecho a ocupar cargos públicos o a tener acceso a servicios mejorados de atención de la salud y cuidado de los niños. Es importante que las mujeres coordinen acciones, creen coaliciones, colaboren y aseguren la emisión de mensajes en común en tiempos de cambio. Fomentar la capacidad e impartir cursos de capacitación y desarrollo de aptitudes prácticas, a fin de promover aptitudes de gestión y comunicación, así como las capacidades de organización interna de los grupos y movimientos de mujeres
3. Fomentar en las instituciones públicas la rendición de cuentas en cuanto a la vigencia de los derechos de la mujer.


Asegurar que los procesos de revisión constitucional consideren las repercusiones de las estructuras de instituciones políticas, judiciales y otras instituciones públicas sobre la participación de las mujeres, así como sobre el ejercicio de sus derechos sociales, políticos y económicos. Velar por que las revisiones constitucionales aseguren la armonización con las normas internacionales de derechos humanos. Procurar la reforma de las leyes electorales a fin de asegurar que las disposiciones sean equitativas para las mujeres. Promover mecanismos de rendición de cuentas y reforma de la gobernanza que respondan a las necesidades de las mujeres; por ejemplo, prestación de servicios que tengan en cuenta las cuestiones de género, acceso a la justicia, presupuestación y acceso a la información. Asegurar que se establezcan procesos de responsabilización por conducto de los cuales las autoridades públicas rindan cuentas de su desempeño con respecto a los compromisos nacionales en pro de la igualdad entre los géneros y los derechos de la mujer.
4. Apoyar a las mujeres líderes políticos a fin de ampliar su influencia.


Apoyar el desarrollo de aptitudes y capacidades, tanto en las candidatas como en las líderes electas. Este apoyo abarca la capacitación con fines de adquisición de aptitudes (debate y modalidades del lenguaje parlamentario, promoción), así como las aptitudes con respecto a la incorporación de las cuestiones de género, los compromisos internacionales en pro de la igualdad entre los géneros y las estrategias que pueden ser útiles. El apoyo también abarca la promoción de mecanismos, entre ellos los agrupamientos de mujeres parlamentarias o las redes de mujeres en las instituciones de servicio social, así como la creación de mecanismos gubernamentales dotados del mandato, las capacidades y la ubicación en el gobierno que posibiliten una eficaz promoción de políticas favorables a los intereses de la mujer.
Tareas que realizan las Naciones Unidas – Éxitos recientes


Marruecos: El Movimiento en pro de la Paridad, que recibe asistencia de ONU-Mujeres, se transformó en una poderosa voz de las mujeres durante la elaboración de reformas constitucionales. Como resultado, la nueva Constitución consagra la igualdad entre los géneros y abre posibilidades para el dictado de una nueva ley que duplique la cantidad de escaños parlamentarios reservados para mujeres. En las más recientes elecciones nacionales, todas las plataformas de partidos políticos incluyeron compromisos en pro de la igualdad entre los géneros y la proporción de mujeres parlamentarias aumentó pronunciadamente, desde 10% hasta 17%.


Colombia: En colaboración con mujeres de organizaciones de la sociedad civil y líderes gubernamentales, ONU-Mujeres contribuyó al éxito de tareas de promoción para que se aprobara una cuota del 30% de mujeres candidatas en las elecciones nacionales. A fin de involucrar al público en general, una campaña de publicidad transmitió el mensaje de que «una democracia sin mujeres es incompleta».


El Salvador: Por conducto del Fondo para la Igualdad entre los Géneros, ONU-Mujeres contribuyó a movilizar a las mujeres de 22 grupos de promoción, el Parlamento y la Corte Suprema, en pro de una ley para asegurar que las instituciones públicas respondan mejor a las cuestiones de género. La ley fue aprobada y estipula, entre otras medidas, la integración de consideraciones de género en todas las políticas públicas. El éxito del Grupo de Mujeres Parlamentarias en cuanto a promover la aprobación de dicho proyecto de ley condujo a su reconocimiento oficial, gracias al cual tiene derecho a estar representado en todas las comisiones legislativas; ahora es el primer grupo parlamentario que opera superando las divisiones entre partidos políticos.


Kenya: Después de que la Constitución de Kenya aprobada en 2010 hubo estableció garantías de igualdad entre los géneros y posibilitado la utilización de medidas de acción afirmativa, ONU-Mujeres apoyó que se auditara un proyecto de ley sobre partidos políticos para verificar si los principios constitucionales se traducían en la práctica. Posteriormente, la Comisión Electoral Independiente Provisional aprobó las recomendaciones para que el proyecto de ley respondiera mejor a las cuestiones de género. El texto aprobado de la ley estipula que el registro de un partido político depende de que en sus órganos rectores no haya más de dos terceras partes de personas de un mismo género; otra disposición estipula que los escaños vacantes en la legislatura se han de cubrir con personas del mismo género que el anterior ocupante.


Egipto: En un punto crítico de la transición política de Egipto, ONU-Mujeres contribuyó a establecer la primera Unión Feminista Egipcia, integrada por 500 grupos de mujeres que efectúan tareas de promoción con una voz unificada, y la Coalición Egipcia para la Educación Cívica y la Participación de la Mujer, que se desempeña como entidad de vigilancia de elecciones. Más de 500.000 personas residentes en 27 gobernaciones han suscrito una Carta nacional que destaca las aspiraciones de las mujeres para el futuro de su país. En colaboración con ONU-Mujeres, el Gobierno está poniendo en práctica la iniciativa de “Ciudadanía de la Mujer”, que propicia la emisión de tarjetas de identidad para dos millones de mujeres que las necesitan a fin de poder votar y tener acceso a servicios públicos.


Albania: ONU-Mujeres contribuyó a involucrar a más de 2.000 personas, un 90% de ellas, mujeres, en la preparación de boletines sobre la paridad entre los sexos de base comunitaria que determinen si los servicios locales satisfacen o no las necesidades de las mujeres. Las promotoras de los intereses de la mujer utilizaron las constataciones para hacer gestiones ante candidatos políticos durante las elecciones municipales y anunciaron que las mujeres no votarían a menos que los candidatos respondieran a sus preocupaciones. Los partidos políticos escucharon esas voces e incorporaron en sus plataformas compromisos en pro de la igualdad entre los géneros. Varios alcaldes recientemente elegidos suscribieron promesas de utilizar las constataciones de esos boletines como guía en la planificación de los servicios públicos


En las misiones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz: Se ha registrado una participación sustancial, y en la mayoría de los casos, aumentada, de las mujeres como votantes y candidatas en elecciones, a consecuencia de las acciones de las misiones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz encaminadas a integrar las cuestiones de género en los procesos electorales y asegurar la protección de las mujeres votantes y candidatas.

Timor-Leste: Las mujeres hacen una diferencia en la política




Por ejemplo, en Côte d’Ivoire, gracias al apoyo de la Operación de las Naciones Unidas en Côte d’Ivoire (ONUCI), durante las elecciones legislativas de 2011 hubo un 52% de mujeres empadronadas, en comparación con menos de 40% en las elecciones de 2000-2001. Y, por primera vez, se registró una mayor presencia de mujeres que de hombres votantes en los procesos electorales. Pero la representación en la Asamblea Nacional, que aumentó desde 8% en 2001 hasta 10,58% en 2012, sigue siendo relativamente baja.



Como parte de los eventos para conmemorar el 10 º aniversario de la Resolución 1325 sobre Mujer, Paz y Seguridad, el UNIFEM convocó a jornadas de puertas abiertas en las mujeres y la paz en varios países. Las Jornadas de Puertas Abiertas dio las activistas de la República Democrática del Congo, Nepal, Pakistán, Afganistán, Guinea Bissau, Somalia acceso a los principales miembros de misiones de la ONU y el gobierno, para expresar sus inquietudes y presentar sus puntos de vista sobre el impacto de la construcción de la paz y la reconstrucción de sus vidas.




Una mujer muestra un dedo entintado después de

votar en la elección presidencial de Timor-Leste

celebrada en 2012.


En Haití, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) organizó talleres relativos a las elecciones en que un 70% de los participantes eran mujeres. El propósito de esos seminarios prácticos era acrecentar la participación de las mujeres en puestos de liderazgo y profundizar la concienciación sobre la plena participación de las mujeres en la adopción de decisiones en todos los planos. Como resultado de la capacitación y el apoyo proporcionados por los agentes de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, las organizaciones de defensa de los intereses de la mujer que participaron activamente en el proceso político están mejor equipadas para emprender gestiones y tareas de promoción en pro de la igualdad política.


Timor-Leste: En la primera serie de elecciones presidenciales celebrada en marzo de 2012, un 50% de los votantes empadronados eran mujeres (en comparación con 47% en 2007). La Misión Integrada de las Naciones Unidas en Timor-Leste (UNMIT) colaboró con mujeres representantes políticas locales por conducto de una plataforma establecida para las mujeres a fin de apoyar su participación en igualdad de condiciones en el proceso electoral. La UNMIT también copreside el “Grupo de Acción para la Participación Política de la Mujer”, el cual coordina las actividades del Sector de asuntos políticos de la misión y de los demás miembros del Equipo de las Naciones Unidas en el país.
Para obtener más información, sírvase consultar:


ONU Mujeres

Género y mantenimiento de la paz

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