29 de abril de 2011

Muere María Isbert, la gran secundaria, a los 94 años


La actriz trabajó en 250 obras, entre cine, teatro y TV, en siete décadas de carrera
Siete décadas del cine español se apagaron ayer en un hospital de Villarrobledo (Albacete) con el fallecimiento de María Isbert a los 94 años de edad. La actriz fue ingresada el pasado día 17 por una reagudización de sus problemas crónicos, de la que ya no pudo recuperarse. La intérprete, que vivía con uno de sus hijos en la localidad conquense de El Provencio, hizo su última aparición pública en el año 2009 en el Teatro Circo de Albacete para entregar a El Brujo el premio nacional de teatro que lleva el nombre de su padre, el legendario Pepe Isbert.


 Un año antes, María Isbert fue designada académica de honor por la Academia del Cine en un homenaje justo como pocos para una de las grandes secundarias del cine español. La intérprete debutó profesionalmente en el teatro en 1936, a los 19 años, junto a su padre en la obra Nuestra Natacha, de Alejandro Casona. Estuvo ocho años en la compañía teatral de Pepe Isbert hasta que inauguró en 1944 una carrera cinematográfica extensísima. Fue con un pequeño papel en La vida empieza a medianoche, de Juan de Orduña. Su currículo incluye unos 250 títulos entre el cine, principalmente, el teatro y la televisión.

 DE BUÑUEL A CUERDA / A partir de su debut con el filme de Orduña desplegó una trayectoria monumental de la mano de directores de distintas épocas y tan variados como Luis Buñuel ( Viridiana ), Luis García Berlanda ( El verdugo ), Iván Zulueta ( Un, dos, tres, al escondite inglés ), Antonio Mercero ( La guerra de papá ) o José Luis Cuerda ( Amanece que no es poco ). El cortometraje Envejece conmigo (2005), de Alberto Moreno, fue su último trabajo para la gran pantalla.
 No hubo papel, por insignificante que fuera, en el que María Isbert no dejara su sello con una comicidad absolutamente personal y una voz inconfundible, heredadas de su ilustre progenitor. Fue la secundaria por excelencia del cine español de siete décadas. De la misma forma adquirió protagonismo en la televisión con programas como La casa de los Martínez, Villarriba y Villabajo, Pero, ¿esto qué es? y Se puede.
 Casada en 1949 con el profesor de idiomas húngaro Antonio Spitzer, tuvo siete hijos (entre ellos los actores Tony y Carlos Isbert), lo que la apartó un tiempo del teatro. Tras el fallecimiento de su marido en 1968 regresó a los escenarios con ¡Como está el servicio!, de Alfonso Paso.
 Dentro de su carrera teatral también adquirió relevancia en 1995, tras otro periodo alejada de la escena, el estreno en Barcelona de La metamorfosis , en la que compartió cartel con su hijo mayor, Tony.

Delegada de la igualdad y la mujer
SIEMENS, S.A. Oficina Regional Barcelona
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