23 de mayo de 2011

Un estudio destapa las desigualdades que sufre la mujer española en el mundo rural

En el pueblo y discriminada

CELESTE LÓPEZ - Madrid

Es un espejismo. No hay una vuelta al mundo rural. El estrés urbano se impone como modo de vida. El 17,6% de la población española vive en 6.694 municipios, lo que equivale territorio y al 83% de la totalidad de municipios. El despoblamiento rural prosigue. Y una parte de esa emigración tiene que ver con las desigualdades de género. Las mujeres son más proclives a empaquetar sus enseres e irse a la ciudad. ¿Por qué? Porque en el pueblo que las vio nacer ya saben cuál es su destino: casarse, cuidar la familia y encargarse del hogar. También trabajar, sí, que ahora las economías domésticas no pueden sostenerse con un solo salario; pero parte de su futuro lo tiene ya escrito. Y ante esto, sencillamente, dice adiós.



Así lo refleja el estudio Diagnóstico de la igualdad de género en el mundo rural,elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, y que pone en entredicho los avances registrados en igualdad de género en los últimos años, ya que sus efectos se han centrado en el mundo urbano. En los pueblos aún perviven muy arraigados los estereotipos. La mujer con inquietudes no tiene más remedio que coger la maleta y emigrar. Así, el estudio, realizado a partir de 4.500 encuestas telefónicas a una población rural de entre 20y 65 años, revela que una cuarta parte de los habitantes de los pueblos cree que hombres y mujeres no pueden realizar las mismas funciones, ni tener las mismas responsabilidades. Esta actitud sexista ante la distribución de papeles tiene su repercusión social. Más de un 30% de la población cree que las mujeres deben sacrificar su faceta productiva a favor de la reproductiva, y continuar con la tradicional asignación de funciones y la subordinación al hogar. Esto se traduce en un mayor porcentaje de inactividad laboral femenina: un 38,4% frente al 15,1% en los varones. Y en las cifras sobre trabajo doméstico no remunerado, que realiza el 77,61% de las mujeres inactivas frente al 3,34% de los varones. "A pesar de manifestarse mayoritariamente en contra de sacrificar la vida profesional, las mujeres del medio rural renuncian a su función laboral a favor de su función maternal", señala el informe.
Las mujeres dedican casi el triple de tiempo diario que los hombres al trabajo doméstico, y casi el doble al cuidado familiar. Las mujeres son cuidadoras de la familia; de las féminas que conviven con personas dependientes, el 84,7% son las cuidadoras principales frente al 44,3% de los varones en su misma situación. Mientras los varones emplean de media 1 hora y 12 minutos en los cuidados de las personas mayores, las mujeres emplean más de dos horas. Además, mientras los hombres invierten en las diferentes tareas de cuidado de los niños 2 horas y 28 minutos, las mujeres emplean 3 horas y 37 minutos. Todo esto "dificulta de manera importante la incorporación de las mujeres al mercado laboral, y disminuye el tiempo que tienen de ocio", apunta el trabajo.
En cuanto al mundo laboral, la inserción de las mujeres en trabajos remunerados es todavía muy inferior a la masculina (49% frente a 72%), aunque en las familias jóvenes se está generalizando el modelo de pareja donde tanto el hombre como la mujer trabajan fuera del hogar, igual que ocurre en las ciudades.
Todo esto coincide con la terciarización de las actividades del medio rural, lo que favorece la incorporación de las mujeres (el 80% de las españolas trabaja en el sector servicios). La mayor parte de los nuevos puestos de trabajo creados los últimos años tiene carácter de asalariados, lo que configura otra de las características del empleo femenino.
El resultado es que se está configurando una nueva realidad de mujeres que realizan trabajos remunerados, centradas en el sector terciario (78,5%), con predominio de asalariadas (72,8%) y con un peso mucho mayor con respecto a sus compañeros varones en los contratos temporales, estacionales y a tiempo parcial. Todo ello se traduce en que las mujeres ocupan los puestos más bajos y menos cualificados.


El DATO

El doble de mujeres universitarias
El estudio destaca la elevada cualificación profesional de las trabajadoras rurales. El 20,7% tiene estudios universitarios frente al 10,7% de los hombres. "El empleo terciario cualificado está siendo ocupado por mujeres (médicas, veterinarias, maestras, trabajadoras sociales...), lo que tiene una gran importancia y capacidad de transformación a medio plazo, al identificarse con las mujeres los puestos de trabajo cualificados", se señala. Pero el 80% de las mujeres debe desarrollar casi en exclusiva y sin apoyo las labores domésticas y laborales: una sobrecarga difícil de soportar.


Delegada de la igualdad y la mujer
SIEMENS, S.A. Oficina Regional Barcelona
Lluis Muntadas, 5
Cornella de Llobregat (Barcelona)

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