24 de septiembre de 2011

El cadáver mutilado de una joven opositora evidencia la crueldad de la represión en Siria

Amnistía Internacional lleva contabilizadas 103 muertes en prisión desde el inicio de las protestas contra el régimen de Asad


El hallazgo del cuerpo mutilado de una joven de 18 años que estaba en una prisión siria ha evidenciado  la cruel violencia empleada contra los opositores en Siria, según ha denunciado la organización Amnistía Internacional.

La oenegé explica que el cuerpo de Zainab al Hosni, la primera mujer que se sabe ha muerto mientras estaba retenida, fue encontrado por su familia en terribles circunstancias el pasado 13 de septiembre. Según la nota, la familia encontró a Zainab cuando acudió a la morgue para identificar el cuerpo del hermano de esta, Mohammad, que también había sido arrestado y al parecer torturado mientras permanecía detenido en una prisión siria. Amnistía precisa que Zainab fue decapitada, se le amputaron los brazos y la despellejaron.
"Este puede ser uno de los casos de muerte en detención más preocupantes que hayamos visto hasta ahora", ha relatado Philip Luther, subdirector de Oriente Próximo y Norte de África de Amnistía Internacional. "Hemos documentado otros casos de manifestantes cuyos cuerpos fueron devueltos mutilados a sus familias en los últimos meses, pero esto es particularmente espantoso", ha añadido.
Con los casos de Zainab y Mohammad, la oenegé lleva contabilizadas 103 muertes en prisión desde que empezaron en Siria las protestas contra el régimen de Bashar al Asad el pasado marzo.

Señales de tortura

Zainab al Hosni fue detenida el pasado 27 de julio por unos individuos que al parecer podían ser miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que Mohammad Deeb al Hosni, de 27 años, había organizado protestas en Homs desde el comienzo de las manifestaciones, puntualiza Amnistía. Mohammad fue detenido el 10 de septiembre y permaneció retenido en la unidad de seguridad política en Homs.
El cuerpo del joven presentaba señales de tortura y recibió disparos de bala en el brazo derecho, la pierna derecha y tres veces en el pecho, afirma la oenegé. Al acudir al hospital militar donde estaban los cuerpos de sus hijos, la madre de los jóvenes recibió la petición de firmar un documento en el que se afirmaba que Zainab y Mohammad habían sido secuestrados por un grupo armado que los mató.
"El aumento de los informes de gente que muere en la cárcel aporta más pruebas de los delitos contra la humanidad y debería estimular al Consejo de Seguridad de la ONU para que remita la situación en Siria al Tribunal Penal Internacional", ha afirmado Luther.

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