Los hechos ocurrieron el pasado sábado en una pequeña aldea de la provincia de Kunduz. La pareja tuvo una discusión sobre el sexo de su prole y la disputa fue subiendo de tono hasta que el marido estranguló a la mujer, de 30 años y llamada Storay, ha explicado un portavoz de la policía, Syed Sarwar Hussaini.
Las autoridades han detenido como cómplice del asesinato a la suegra de Storay, que presenció la disputa, pero el marido, Sher Mohamed, logró darse a la fuga y aún no ha sido localizado a pesar de los esfuerzos de la policía. "Estamos aún interrogando a la madre del presunto asesino. Según sabemos, Mohamed había amenazado a su mujer con matarla si le daba otra hija más", ha apuntado el portavoz policial.
DERECHOS VULNERADOS
A pesar de los avances sociales que comportó la caída del régimen talibán, los derechos de las mujeres en Afganistán siguen siendo sistemáticamente vulnerados. Hace tan solo un mes la policía rescató en la norteña provincia de Baghlán a una adolescente de 15 años a la que su marido y la familia de este habían encerrado y sometido a torturas durante medio año porque se negaba a ejercer la prostitución.
La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) denunció el pasado noviembre que queda un "largo camino por recorrer" en la aplicación de la legislación que protege a las mujeres afganas contra la violencia de género. Según este organismo, en Afganistán las leyes chocan con prácticas socialmente aceptadas como la compraventa de mujeres para el matrimonio, las bodas infantiles o forzadas, las violaciones y el baad (regalo de una mujer para resolver una disputa familiar).
Las autoridades han detenido como cómplice del asesinato a la suegra de Storay, que presenció la disputa, pero el marido, Sher Mohamed, logró darse a la fuga y aún no ha sido localizado a pesar de los esfuerzos de la policía. "Estamos aún interrogando a la madre del presunto asesino. Según sabemos, Mohamed había amenazado a su mujer con matarla si le daba otra hija más", ha apuntado el portavoz policial.
DERECHOS VULNERADOS
A pesar de los avances sociales que comportó la caída del régimen talibán, los derechos de las mujeres en Afganistán siguen siendo sistemáticamente vulnerados. Hace tan solo un mes la policía rescató en la norteña provincia de Baghlán a una adolescente de 15 años a la que su marido y la familia de este habían encerrado y sometido a torturas durante medio año porque se negaba a ejercer la prostitución.
La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) denunció el pasado noviembre que queda un "largo camino por recorrer" en la aplicación de la legislación que protege a las mujeres afganas contra la violencia de género. Según este organismo, en Afganistán las leyes chocan con prácticas socialmente aceptadas como la compraventa de mujeres para el matrimonio, las bodas infantiles o forzadas, las violaciones y el baad (regalo de una mujer para resolver una disputa familiar).
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