25 de marzo de 2012

Por una salida feminista a la crisis

Un año más las duras consecuencias de esta crisis capitalista y de las recetas neoliberales del gobierno han golpeado con mayor fuerza sobre las mujeres. Ante esta realidad, fruto de la perfecta retroalimentación de los dos sistemas que nos oprimen: el capitalismo y el patriarcado, las mujeres respondemos con lucha y alegría combativa. A lo largo de todo el mundo las mujeres se levantan para mejorar sus condiciones de vida: México, India, Egipto, Italia…
Y son más de cien años de historia de lucha en todos los 8 de Marzo. Millones de mujeres se unen ese día para recordar que la lucha por sus derechos sigue viva, y que somos cada vez más fuertes. Los objetivos a perseguir, lejos de diferenciarse, son similares: la lucha por una vida digna para nosotras, donde seamos las únicas que decidamos nuestro futuro, libre de discriminaciones y opresión.


Las mujeres ya no podemos pedir mejoras en uno u otro campo de la sociedad o la economía: necesitamos derribar el sistema para acabar con la explotación patriarcal y poder comenzar a construir una alternativa feminista. No pedimos más poder en este mundo construido mayoritariamente por y para
hombres; ahora sabemos que tenemos en nuestras manos una alternativa feminista mejor y más digna,
y no renunciaremos a construirla y vivirla pronto. Porque nuestra alternativa no está en crisis, ha nacido con fuerza.

Tú, estudiante, ama de casa, teleoperadora, dependienta, parada, limpiadora, maestra, hoy es tu día, grita basta a tu doble jornada laboral, a las dobles y triples presencias, a cobrar menos, a la precariedad, al terrorismo machista que sufres a diario y a la esclavitud que supone llevar todo ello con una sonrisa.


Este ocho de marzo homenajamos a todas las mujeres del mundo que cada día se levantan con el objetivo de transformar sus vidas y la sociedad. Porque sin nosotras, la verdadera alternativa, aquella que mejorará la vida de la clase obrera, no existe.
La alternativa feminista no está en crisis, es la propuesta revolucionaria que necesitamos. Sin esa mirada, la de las mujeres que luchan, la emancipación de la clase trabajadora se encontrará con más obstáulos de los que el sistema capitalista nos impone.
Por todo ello, este 8 de marzo formamos parte de ese grito de lucha, construido por las voces de millones de mujeres, que se levantan cada día sabiéndose poseedoras de su enorme poder de transformación de la realidad

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