30 de abril de 2012

El Día Internacional del Trabajo se conmemora mañana en todo el mundo,

El Día Internacional del Trabajo se conmemora mañana en todo el mundo, en recuerdo de los mártires de Chicago, los obreros de una empresa de EEUU que realizaron una demostración de fuerza para reclamar por una jornada laboral de ocho horas, el primero de mayo de 1886. En esa época era considerado "normal" trabajar entre 15 y 16 horas por día. Esa protesta que fue brutalmente reprimida y terminó con la horca, la prisión perpetua y la cárcel para los principales líderes de la movilización. De aquellos años a estos días esas reivindicaciones y muchas otras referidas a la condiciones laborales, salariales y de respetos sociales quedaron instaladas en la mayoría de las legislaciones laborales de los países y los organismos internacionales que supervisan su vigencia. 



En la Argentina, esta jornada se recuerda a partir de 1890, cuando se realizó en Buenos Aires un acto popular con la participación de una gran cantidad de obreros inmigrantes. Pero es a partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952) cuando la conmemoración adquiere mayor relieve con la organización de celebraciones multitudinarias. Como consecuencia de las amplias conquistas y avances en los derechos logrados por el peronismo e incorporados en la legislación laboral (vacaciones pagas, aguinaldo, la titularización en el puesto, la sindicalización, etcétera), el 1° de mayo se convierte en un día emblemático: la concurrencia a la Plaza de Mayo para escuchar el discurso de Perón fue durante muchos años uno de los hechos sociales y políticos más relevantes del año. Esas normativas y los cambios de políticas y rumbo logran incorporar nuevos actores sociales a la vida económica activa en el país, a partir de 1946, todo un proceso histórico y gran impacto en la vida de los argentinos.

Sin descuidar los orígenes, la evolución de la actividad y el valor central de los obreros en nuestra economía, resulta importante valorar el Día del Trabajo frente a los cambios y el progreso que registra la sociedad: el impacto que imponen las nuevas tecnologías en la habitualidad del trabajo deriva ya en la necesidad de incorporar una permanente capacitación de las tareas; una progresiva profesionalización de los oficios es otra exigencia que llegó con el desarrollo y el crecimiento económico; la mayor demanda de valor agregado en los procesos productivos está imponiendo roles y pertenencias nuevas. Y es también de razón recalcar que las luchas por el mantenimiento de los derechos (aquellos y los nuevos) y por las mejores condiciones laborales tienen una contraparte de responsabilidad y compromiso con la empresa y empleador, que en ocasiones no se visualiza, toda vez que hay veces que privilegian las protestas o las medidas de acción directa frente a la negociación y los acuerdos para resolver conflictos o diferencias. Lo mismo ocurre cuando se agravan las condiciones económicas de la sociedad y crece la precarización laboral.

La sindicalización de los trabajadores y los gremios han sido pilares en la construcción de la defensa de los derechos del empleado. Un reclamo a la madurez y responsabilidad de la gestión de los dirigentes sindicales corresponde colectar también en este día de festejos. En tiempos donde los consensos son las claves para defender el empleo y la evolución económica, la fecha debería ser propicia para la reflexión sobre la importancia del rol de cada uno de los actores sociales ante nuestro destino de Nación.

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