Siento el trago por el que está pasando Anne Sinclair y sé que el amor es capaz de perdonarlo todo, pero me cuesta solidarizarme con esa fidelidad extrema capaz de ignorar el daño infligido a otras mujeres, el delito. Y no admiro a esas señoras amantísimas que aceptan lo inaceptable. Tirarse encima de una camarera o de una becaria de la Casa Blanca no indica que te gusten las mujeres, significa que confundes el amor consentido, entre iguales, con el acoso.
Aunque no siempre acaba en violación, jóvenes trabajadoras de todos los tiempos han sufrido toqueteos indeseados. En una suite de lujo, en la cocina que limpian, en el despacho del director… el abuso suele acabar sin denuncia. ¿Para qué? No hay para tanto. Es cierto, suele bastar con un buen empujón o una carrera a tiempo. Pero a esos hombres no les gustan las mujeres; solo quieren aliviarse. ¿Que podrían buscar sexo pagado? Podrían, pero el poder es presuntuoso. Piensan que las jovencitas, las bellas guineanas, mueren por ellos. Y que sus mujeres seguirán en casa, perdonando y ofreciendo consuelo. Cuesta entenderlo.
Delegada de la igualdad y la mujer
SIEMENS, S.A. Oficina Regional Barcelona
Lluis Muntadas, 5
Cornella de Llobregat (Barcelona)
Normas de uso.
Esta es la opinión de los internautas, no de este blog.
No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera del tema.
De conformidad con la Ley Orgánica de Protección de Datos de carácter personal, te recordamos que, si en
algún momento deseas cambiar tu correo electrónico o dejar de recibir información de este sindicato, no tienes más que enviarnos un correo a esta dirección mujeres.siemens@gmail.com con tu nombre y apellidos manifestando tu deseo de no recibir más información.
Si conoces a alguna persona que desee ser incluida en nuestra lista de distribución, debe mandarnos un e-mail con sus datos personales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario