26 de julio de 2011

¿Exceso de fiestas o de horas de oficina?

Los trabajadores en España dedican las mismas horas a su trabajo a lo largo del año que sus homólogos europeos. Parece que, después de todo, no tenemos tantas vacaciones. Pero nuestra tasa de ocupación es de las más bajas de la UE, y la del paro, récord.
Profesora agregada del departamento de Economía y Empresa de la UPF. Profesora de la Barcelona Graduate School of Economics (BGSE)
 Doctora en Economía por la Universidad de Northwestern (EEUU), con especialidad en economía laboral.
 
Todos hemos oído los tópicos. El más tradicional: que los españoles tenemos demasiadas vacaciones, demasiados días de fiesta, demasiados puentes. Más recientemente: que nuestra cultura de echar horas en el trabajo hace que la productividad en España sea escandalosamente baja. ¿Qué hay de cierto en estos tópicos? ¿Trabajamos demasiado poco? Y, dada la actualidad económica reciente, ¿cómo ha afectado la crisis a las horas de trabajo y la productividad de los españoles? Un análisis cuidadoso de los datos más recientes revela lo siguiente:

 1. Las horas de trabajo medias por empleado en España (medidas semanal o anualmente) se acercan bastante a las de otros países de nuestro entorno.Legalmente, la jornada de trabajo ordinaria a tiempo completo en España es de un máximo de 40 horas semanales (en promedio anual). Según la encuesta de población activa (EPA), el asalariado medio trabajaba habitualmente 39 horas a la semana en el 2010. El Estatuto de los Trabajadores también contempla un mínimo de 30 días naturales de vacaciones anuales y 14 fiestas al año. Esto se traduce en una jornada máxima de unas 1.792 horas anuales. En la práctica, y según datos de la OCDE, las horas de trabajo anuales por trabajador en España eran de 1.654 en media en el 2009. Tomemos cuatro países de nuestro entorno como comparación: Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido. Las horas de trabajo anuales eran inferiores a las españolas en el Reino Unido (1.646), Francia (1.554) y Alemania (¡1.390!), mientras que la cifra italiana (1.773 horas) superaba con creces a las demás.
 Por tanto, no parece que los asalariados españoles trabajen de media menos horas que sus homólogos europeos. De hecho, la práctica totalidad de los países europeos limitan la jornada laboral semanal y establecen periodos vacacionales mínimos parecidos a los españoles. También los datos disponibles de horas de trabajo perdidas por ausencias (justificadas o no) del trabajador de su puesto de trabajo sitúan a España dentro del rango de la normalidad en Europa.

 2. Las horas de trabajo totales de la población en edad de trabajar en España son bajas en comparación internacional. Esto se debe a nuestra baja tasa de ocupación, es decir: aquellos que tienen trabajo, le dedican bastantes horas. ¡El problema es que hay mucha gente que no tiene trabajo, y por tanto sus horas son cero!
 Según la OCDE, la tasa de ocupación (porcentaje de empleados entre las personas en edad de trabajar) era del 60,6% en España en el 2009, solo por encima de Italia (57,5%), y muy por debajo del 70% del Reino Unido o Alemania. Esta diferencia se debe sobre todo a la reducida tasa de ocupación femenina en España (e Italia), del 53,5% (frente al 65% del Reino Unido y Alemania).
 Si el 60% de los adultos tiene trabajo (ocupados), ¿qué hay del restante 40%? Según la EPA (2010), el 26% se pueden clasificar como inactivos (principalmente, personas dedicadas a las labores del hogar y estudiantes), mientras que el 14% restante están buscando trabajo activamente (parados).
 La tasa de ocupación española se ha visto enormemente afectada por el impresionante aumento de la tasa de paro desde el 2008, que no se ha producido en la misma medida en el resto de Europa occidental. Según los últimos datos de Eurostat, la tasa de paro en el 2011 de nuestros cuatro países de comparación oscila entre el 6% de Alemania y el 9,5% de Francia, comparadas con el estratosférico 21% español (atención: la tasa de paro es el porcentaje de parados entre la población activa, es decir, excluyendo del cálculo a los inactivos). Por tanto, el problema no es que los trabajadores españoles le dediquen pocas horas a su empleo, ¡sino que demasiada gente no tiene trabajo!

 3. Además de las altas tasas de paro y la baja ocupación, hay algunos otros aspectos en los que el mercado de trabajo español se diferencia de otros países europeos, en lo que a horarios de trabajo se refiere. El primero es la baja incidencia del trabajo a tiempo parcial. En el Reino Unido o Alemania, el 24 y el 22%, respectivamente, de los asalariados trabajaba a tiempo parcial en el 2009 (según la OCDE), por menos del 12% en España.
 España también se distingue por la poca flexibilidad del horario laboral, y por la elevada incidencia de la jornada partida, que implica terminar la jornada de trabajo a altas horas de la tarde. Aunque es más difícil encontrar datos fiables de estos aspectos, un estudio del año 2007 encontraba que apenas el 10% de las empresas españolas contaba con medidas de flexibilización horaria, frente a la mayor parte de las empresas en los países del Norte de Europa.
 Esta combinación de escaso empleo a tiempo parcial, poca flexibilidad en los horarios, y alta incidencia de la jornada partida, generan un mercado laboral poco atractivo para la conciliación de la vida laboral y familiar, y puede estar detrás de las reducidas tasas de actividad femenina.

 4. Ya hemos hablado de empleo y horas, ¿qué hay de la productividad? La productividad por trabajador se define como la producción total de la economía en un año (medida en euros) dividida entre el número de trabajadores. Si dividimos entre el número total de horas trabajadas, obtendremos la productividad por hora de trabajo.
 Pues bien, combinando datos de Eurostat y la OCDE para el 2009, la productividad de los trabajadores españoles (tanto por hora como por trabajador) es la más baja de los cinco países considerados. Producimos de media unos 30 euros por hora trabajada, comparado con los 50 de Alemania y los 47 en Francia, e incluso los 37 de Italia.
 ¿Cómo cuadrar todas estas cifras? La baja productividad por trabajador, combinada con la baja tasa de ocupación, hacen que la renta per cápita en España sea la más baja de los cinco países analizados, a pesar de que las horas por trabajador son relativamente altas.
 Recapitulando: los trabajadores en España le dedican aproximadamente las mismas horas a su trabajo a lo largo del año que sus homólogos europeos. Parece que no tenemos tantas vacaciones después de todo. Sin embargo, nuestra tasa de ocupación es de las más bajas de la Unión Europea, y nuestra tasa de paro se mantiene en cifras récord desde el comienzo de la crisis. Además, la productividad por hora trabajada es reducida. El reto, por tanto, es crear más empleos, y quizá empleos de otro tipo. Empleos que ofrezcan horarios más flexibles, que permitan compactar las horas, que faciliten el tiempo parcial, y que valoren al trabajador en función de su rendimiento, y no del número de horas al día que pasa en el lugar de trabajo.
 ¿Y cómo conseguiremos crear estos nuevos empleos? Ah, esa es otra cuestión…
  

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