22 de agosto de 2011

El culto al yeyé español resurge 50 años después

El disco '¡Chicas! Spanish female singers' exhuma incunables de Gelu, Marisol, Encarnita Polo y Pili y Mili

El lento proceso de redescubrimiento de la música española que se está llevando a cabo en nuestro país a través de reediciones discográficas, literatura musical y el esporádico interés de las bandas jóvenes por viejos grupos acaba de romper un nuevo tabú. El recopilatorio ¡Chicas! Spanish female singers 1962-1974 propone un vistoso y revelador desfile de grupos femeninos. Con el yeyé por bandera y luciendo un desacomplejado orgullo, la colección destapa auténticos incunables del pop tardofranquista interpretados por cantantes hoy mayoritariamente olvidadas.

«Aquí somos muy tontos. Nos falta autoestima para valorar lo que hacemos en España», denuncia el periodista, coleccionista y pinchadiscos Vicente Fabuel. La melomanía de este valenciano le llevó a abrir una tienda de discos en 1978, y con el material y los conocimientos acumulados a lo largo de más de tres décadas no le ha costado ponerse manos a la obra. «Siempre me ha obsesionado rescatar todas esas músicas hechas en el tardofranquismo. Son géneros todavía presentes y cuyos intérpretes son muy válidos, aunque no gozan de ningún prestigio», lamenta.

¡Chicas! incluye dos docenas de sencillos que van del soul al rock de garaje, pasando por el beat y el rhythm & blues. El vinilo, doble y profusamente ilustrado y documentado, escarba en lo más recóndito de la producción discográfica española de los 60 y 70, aunque también hay hueco para estrellas como Marisol, Gelu, Encarnita Polo, Los 3 Sudamericanos y Lorella. ¿No les suena esta última? Lorella era nada menos que María Ostiz años antes de convertirse en floral cantautora y su modoso trino se acelera cosa fina agitado por la rabiosa electricidad de Los Shakers.
CANCIONES DE ÓRDAGO / La que no tiene cabida es La chica yeyé. «Es una canción muy obvia y muy reeditada», justifica Fabuel. Concha Velasco sí aparece, pero como miembro del cómico cuarteto Los Hippy-Loyas. Junto a ella Manolo Gómez-Bur, Alfredo Landa y Tony Leblanc cantan en inglés de chiste desde la película Una vez al año, ser hippy no hace daño. Y, para compensar, el descocado Un chico moderno de las hermanas Pili y Mili; aún arrasaría en festines mod.


No todo es yeyé y risitas en esta selección. De hecho, hay canciones con una producción torrencial, como el soul hispano de No te acuerdas de mí» de la presentadora televisiva Marisa Medina. O Contrapunto, un extraño y complejo corte del grupo Los Que Vivimos cuya letra esconde una poética y hippy invitación a huir de la dictadura. O La máquina infernal, críptica psicodelia de las siempre únicas Vainica Doble. O Mientes, suntuoso tour de force de la toledana Lia Uyá que enamoraría a Mónica Naranjo.
Hablamos de una época en que las discográficas con menos presupuesto y escrúpulos trituraban el vinilo de los discos que no se habían vendido para prensar en él nuevas canciones. Eso provoca que el sonido de algunas piezas no cumplan los mínimos de calidad para sonar en los equipos de hoy. Todas las canciones seleccionadas han sido remasterizadas «con respeto», aclara Fabuel. La posibilidad de acudir a los másters no ha existido. La mayoría de sellos que editaron esas canciones desaparecieron y con ellos, las grabaciones originales, así que lo que suena en el recopilatorio son los sencillos de la colección particular de Fabuel.
HISTORIAS PARA NO DORMIR / Al tratarse, en su mayoría, de cantantes que solo grabaron dos o tres sencillos, seguir sus pasos siempre supone alguna sorpresa. En aquella época se llevaba mucho eso de convertir a chicas guapas en cantantes. El trío Ellas, por ejemplo, estaba formado por tres modelos madrileñas. Las Chic también iban para misses y fueron reclutadas por Augusto Algueró. Hay historias rocambolescas detrás de la mayoría de estas ignotas intérpretes, pero la más escalofriante es la de Margarita Sierra, una madrileña que hizo carrera en Estados Unidos y llegó a actuar en teleseries americanas pero falleció con 26 años de un ataque al corazón. Aquí nadie la recuerda, pero su Cha cha twist, un arrollador twist latino, todavía suena despampanante medio siglo después.
Aunque el disco se subtitula Spanish female singers, no todas las protagonistas son de nacionalidad española. En aquella época el turismo ya era una boyante realidad y no solo grupos masculinos como los Mustangs y los Gatos Negros tenían componentes extranjeros sino que algunas de las féminas que lucían sus minifaldas en las portadas de los discos también procedían de otros países. Es el caso de la yugoslava Tania Velia, una miss que se emplea a fondo con los parararás y dubidás, la italiana Laura Casale, la venezolana Mirla, los argentinos Los Tíos Queridos, la chilena Fresia Soto...
Para el segundo volumen de ¡Chicas! ya tiene un lugar reservado Come on, come on, canción firmada por el trío de inglesitas The Satin Bells, que no eran otras que las coristas de Juan Pardo. El plantel español de féminas yeyé se antoja infinito.

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