Un tribunal de Moscú declara culpable al grupo musical por cantar en una iglesia contra Putin
Dos años de cárcel. Este será el precio que las tres integrantes del grupo de punk ruso Pussy Riotpagarán por su polémica actuación anti-Putin en el altar de la Catedral del Cristo Salvador de Moscúel pasado 21 de febrero.
De poco sirvieron las explicaciones de las tres cantantes y de sus abogados que han afirmado reiteradamente que su “oración punk” en la que pidieron a la Madre de Dios que echara al presidente ruso, Vladímir Putin, había sido una protesta política.
“El juicio considera irrelevantes los argumentos de las acusadas que habían afirmado que no tenían la intención de incitar al odio religioso. En la catedral no mencionaron el apellido de ningún político”, ha sentenciado la jueza Marina Syrova.
"DESAFÍO INTENCIONADO"
“Ellas atentaron contra la importancia de la religión cristiana. Lo comprueban sus danzas y gritos en la catedral que sonaron como un desafío intencionado a los cristianos”, ha afirmado Syrova.
Los abogados de las acusadas han dicho que recurrirán contra la sentencia. No se sabe si la acusación, que había pedido tres años para las acusadas, hará lo mismo.
En los alrededores de la sede del tribunal se han concentrado cientos de partidarios del grupo, que han gritado “¡Vergüenza!” al conocer la sentencia. Varios activistas de la oposición han sido detenidos por los policías que han rodeado el área, entre ellos, el excampeón de ajedrez Garri Kaspárov y el líder del Frente de Izquierdas, Serguei Udaltsov.
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