11 de mayo de 2013

El derecho a la vida ¿a la vida de quién?



Cuando trataba de escribir unas líneas denunciando cómo estos días asistíamos a una proliferación de artículos y debates sobre las declaraciones del ministro de Justicia en torno al aborto, me he topado con la noticia de que un hombre se suicida en Barcelona cuando iba a ser desahuciado por impago de alquiler.





Polvorillas

Mi intención inicial era intentar mostrar que desde que el PP llegó al Gobierno el aborto ha sido un tema polémico día sí, día también y que ya en enero de 2012, Alberto Ruiz Gallardón, en su primera comparecencia parlamentaria, anunció su intención de reformar la Ley del Aborto aprobada por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, para volver al modelo de la ley de 1985, en la que las mujeres tenían que alegar motivos para justificar su decisión.

Entonces, no he podido resistir. Las declaraciones que estos días hiciera el ministro son las mismas que hiciera el pasado verano y a las que se ha aludido ya en estas páginas. Que le parece éticamente inconcebible a Gallardón que hayamos estado conviviendo tanto tiempo con esa legislación y que no entienda que se desproteja al concebido permitiendo el aborto y defienda el derecho a la vida, fue ya criticado en esta web en el artículo "La derecha y el aborto". Asimismo, que se ampare en la recomendación realizada en el Artículo 35 de la Convención, presentado en el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en el Sexto periodo de sesiones, celebrado del 19 al 25 septiembre de 2011, también fue pormenorizadamente desarmado el pasado julio en nuestros medios en el artículo “Señor Gallardón: ¡Déjenos en paz!”.

Y sin embargo, a diferencia de entonces, la indignación ha crecido tanto que no podemos escuchar sus palabras. No se trata ya sólo de una actitud machista y autoritaria que niega el derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo, es toda esta podredumbre moral la que ya es insoportable.

Mientras, asistimos al vaciamiento de la Ley de Dependencia. Cuando vemos cómo progresivamente despiden a médicas y médicos. Cuando se dejan de financiar centros de investigación para la salud. Cuando se dejan de hacer determinadas pruebas a los niños, se dejan de hacer mamografías a las mujeres y los centros de atención sanitaria de los pueblos se cierran. Cuando se privatiza la sanidad pública. Cuando en el hospital Arnau de Vilanova de Valencia, se le retira la prótesis, previamente colocada, a un hombre por no poder pagarla. Cuando vivimos una semana de consulta ciudadana en defensa de la sanidad pública. Cuando un trabajador de TV3, militante de de ERC y miembro de la asociación de vecinos del barrio del Eixample se quita la vida porque lo iban a desahuciar por impago de alquiler. Cuando una persona más, de la que sólo conocemos sus iniciales, A. D., vuelve a ser víctima de este Gobierno y de sus políticas inhumanas. Cuando sucede todo esto ¡que no se atrevan a hablar de la vida! Y si se atreven, deben de estar pensando en el derecho a su vida porque a las trabajadoras y trabajadores de este país nos la están robando a golpe de decreto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario