La UE se plantea leyes para aupar más mujeres a los consejos de administración
Objetivo para el 2015: Que haya un 30% de mujeres en consejos de administración de empresas cotizadas | El informe McKinsey ve mejores resultados en las empresas con diversidad de género
El resbaladizo asunto de las cuotas femeninas en la empresa acostumbra a incomodar a bastantes mujeres y a irritar a muchos hombres. A ellas les duele pensar que se las elija por ser mujeres –porque, una vez más aunque de otro modo, el género decide su destino–, y les aterra que alguien pueda dudar de sus merecimientos para el cargo. A ellos les inquieta la perspectiva de que queden así menos puestos disponibles en la cumbre.En la realidad, cuanto más se asciende en la escala jerárquica de una empresa, menos mujeres se encuentran, salvo que lleven los apellidos de la familia propietaria. Según las estadísticas de la Unión Europea, sólo el 12% de los miembros de consejos de administración de las grandes compañías europeas son mujeres, y en el 97% de los casos el consejo es presidido por un hombre. Por eso, la luxemburguesa Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, anunció en marzo que, de no mediar cambios en equilibrio de géneros en las cúpulas empresariales en el plazo de un año, impulsará normas –léase, cuota femenina– en la UE.
Las destinatarias del ultimátum son las empresas europeas que cotizan en bolsa. “Dentro de un año, en el día internacional de la Mujer, es decir, el 8 de marzo del 2012, la Comisión Europea evaluará si ha habido un progreso significativo”, reiteró la comisaria en una entrevista con periodistas en un seminario en Bruselas. Si no ve mejoras, planteará el recurso a fijar por ley una cuota femenina a modo de trampolín. El modelo invocado por la UE es el de Noruega, país no comunitario que en el 2003 introdujo una ley de cuotas, con sanciones para las empresas que no cumplan. Otros sistemas menos radicales (véase recuadro), como los de la tampoco comunitaria Islandia, España, Francia y Austria, están también entre los referentes. Ahora debaten también leyes de cuotas los parlamentos de Bélgica, Países Bajos e Italia.
El objetivo de Viviane Reding es que las empresas que cotizan en bolsa cuenten con un 30% de mujeres en sus consejos de administración en el 2015, y que sean el 40% en el 2020. “¿Cómo se define la paridad? ¿Por qué el 40% y no el 50%? –planteó la austriaca Daniela Bankier, jefa de la unidad de Igualdad de Género–. Está probado que, en un grupo, se necesita al menos un 30% de presencia del colectivo que promover para que esas personas no se comporten como una minoría”.
Aunque el 60% de los licenciados universitarios de la UE son mujeres, ese volumen no se plasma luego en la toma de decisiones en la economía. “Hay ahí una cantera de talento que necesita ser empujado para que aflore; ahora se desperdicia ese talento –arguyó Bankier–. La igualdad de género tiene impacto económico. No es sólo de una cuestión de justicia o equidad, aunque también eso sea importante”.
Estudios externos, como las cuatro ediciones del informe de la consultora McKinsey, sugieren que las empresas con hombres y mujeres en la cúpula obtienen mejores resultados que aquellas en las que no hay mujeres. El propio informe McKinsey del 2010, realizado con 1.500 ejecutivos de todo el mundo, identificó dos grandes escollos –y un tercero en menor medida– para la diversidad de género en la alta dirección de empresa. Uno: la doble carga de combinar trabajo y responsabilidad doméstica, que suele recaer en la mujer. Segundo: un modelo basado en la disponibilidad horaria y presencial total. Y tercero: la reticencia de muchas mujeres a abogar por sí mismas. Dicho por una de ellas: “Rara vez he visto a una mujer exagerar sus aptitudes para venderse mejor”.
Para corregir el desequilibrio, la comisaria Reding apuesta por la autorregulación, a través de un compromiso escrito que las empresas europeas pueden suscribir; hasta ahora lo han hecho la francesa de perfumes Guerlain, y la consultora barcelonesa FES.
Pero pocos en Bruselas confían en un feliz desenlace. En Noruega, “el sistema voluntario no funcionó porque los encargados de comités de selección, mayoritariamente varones, encontraban candidatos para los puestos dentro de sus propias redes de contactos, normalmente hombres también”, dijo Rigmor Aaserud, ministra noruega de Administración Pública. Ante ello, Noruega introdujo en el 2003 cuotas en los consejos de administración. Resultado: la presencia femenina en esos ámbitos ha pasado al 22% en el 2004 y al 42% en el 2009. Vista la experiencia noruega, hay quien no ve otro camino para la igualdad que las cuotas.
Delegada de la igualdad y la mujer
SIEMENS, S.A. Oficina Regional Barcelona
Lluis Muntadas, 5
Cornella de Llobregat (Barcelona)
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