A Inma Duarte la confianza le costó la vida. Tras continuos malos tratos y denuncias retiradas contra Fernando Frías, su expareja y padre de su hija de 3 años, había rechazado vivir en una casa de acogida y prefirió continuar en su piso de Marchena (Sevilla), segura de que él -hermanastro de su madre- iba a respetar la orden de alejamiento dictada en junio. Pero el martes por la noche, se presentó en su casa y la degolló delante de su niña, convirtiéndola en la víctima número 60 de la violencia machista en lo que va de año.
La víctima, de 28 años, había pasado ya por varios centros de emergencia de la Junta de Andalucía en los años 2004, 2005 y 2006 por episodios de malos tratos, pero siempre rechazó la casa de acogida y retiró la única denuncia que presentó en aquella época contra su agresor.
Las cosas cambiaron en el 2009. Ya con su hija, sí denunció. Incluso fue atendida en el Centro de la Mujer y se le tramitó una renta activa de inserción. El historial de malos tratos culminó el pasado mes de julio, cuando tras otra denuncia obtuvo una orden de alejamiento y comunicación.
AVISO A LOS VECINOS / Para mantener la relación de la niña con su progenitor, como era su empeño, otro familiar se encargaba de recogerla a diario por la tarde y dejarla en casa de Fernando. El martes acudió y no pudo llevarse a la pequeña porque estaba paseando con su madre y su actual pareja, un joven de 25 años.
Lo siguiente que los vecinos supieron fue que Fernando Frías acudió a la casa, apuñaló a su expareja con un cuchillo de cocina e hirió también al otro joven. A continuación, llamó a la vecina y, con las manos aún ensangrentadas, le contó lo que había hecho mientras le entregaba a la niña para que la cuidara. La pequeña solo repetía que «mamá ha muerto» y «papá la mató», según los vecinos, que denuncian que el agresor ya había avisado de sus intenciones con anterioridad.
El hombre fue detenido en la misma vivienda y hoy pasará a disposición judicial, mientras que el joven herido ya ha sido dado de alta.
Se trata del segundo caso en apenas dos días, ambos en Andalucía y los primeros a los que se enfrenta el flamante Gobierno de Mariano Rajoy. Más allá del debate semántico por la definición de estos crímenes como violencia machista o como «violencia en el entorno familiar», como hizo la ministra Ana Mato, varias voces han empezado a cuestionar la eficacia de la ley integral contra la violencia de género. El portavoz parlamentario adjunto del PP, Rafael Hernando, dijo que «después de estas leyes socialistas de teórica protección de la mujer», actualmente «hay más mujeres muertas que nunca» y llegó a hablar de «récord de mujeres asesinadas» este año.
CIFRAS ANUALES / Los datos oficiales, sin embargo, apuntan que en el 2010 hubo 71 asesinatos machistas; que en el 2008, el peor, fueron 76, y que desde el 2003, cuando estos crímenes empezaron a ser contabilizados como tales, solo ha habido dos años (el 2005, con 57, y el 2009, con 56) con cifras inferiores a la actual.
Por su parte, el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, llamaba también a una reflexión profunda sobre el marco legislativo y las medidas de protección porque «lo que se ha hecho no está mal, pero hay que hacer algo más», poniendo especial atención en los reiterados incumplimientos de las ordenes de
alejamiento.
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