Para ello, la Directora General de Políticas de Igualdad y del Instituto de la Mujer, Carmen Plaza, y el Secretario General de la FEMP, Ángel Fernández, enviaron una carta a los Entes Locales para informarles de la publicación y divulgación de este texto que pretende erigirse en referencia contra la discriminación por sexos, por edad o por raza en España. Así los firmantes de la carta afirmaban que “a partir de una labor de diagnóstico, de la identificación de buenas prácticas y del desarrollo de programas piloto”, la redacción de esta “Propuesta metodológica” se ha convertido en realidad. Al igual que exponían que el objetivo era “la convicción de que existe en nuestros pueblos y ciudades la voluntad de construir un futuro integrador y respetuoso con la diversidad” y que “este documento puede contribuir a la construcción de espacios de convivencia en los que se garantice el disfrute efectivo de los derechos de todas las personas y se combata toda clase de discriminación”.
La discriminación del Instituto de la Mujer
Pero mientras esto sucede, el Instituto de la Mujer acaba de presentar sus cuentas del 2011, cuyas principales cifras hablan solas, 18,6 millones de euros en subvenciones, 795.000 euros en inversiones y 17,1 millones en gastos de los cuales, 4,4 millones fueron destinados al pago de su personal. Cifra desde luego elevada, si tenemos en cuenta que su plantilla tan sólo la conforman 110 trabadores. Pero esto no es lo más relevante, y es que la Institución dirigida por Carmen Plaza aplica la discriminación por la que tanto lucha, pero en sentido contrario, y así 89 de sus trabajadores (74% del total) son mujeres (77 funcionarios, 11 personal laboral y un alto cargo) y tan sólo 21, son hombres (11 funcionarios y 10 personal laboral). ¿Un hombre no puede trabajar defendiendo los derechos de las mujeres? Ya lo dice el refranero, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
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