8 de julio de 2011

La contaminación en el embarazo empeora el semen de los hijos

Los tóxicos presentes en la comida y en el ambiente se transmiten también por la lactancia

Las madres catalanas tienen en la leche cuatro veces más sustancias nocivas que las gallegas

Los hijos nacidos de madres que viven en ambientes cargados de contaminación tienen más posibilidades de sufrir oligospermia o baja concentración de empermatozoides en el semen, una de las principales causas de infertilidad. La madres, según afirma un estudio hecho público ayer por investigadores del CSIC y del Institut Marquès de Barcelona, pueden transmitir los tóxicos a sus hijos fundamentalmente durante el embarazo, a partir de la sangre, pero también durante la lactancia.


 El estudio, que hoy se publica en la Revista Internacional de Andrología , parte de un análisis realizado en el 2007 que determinó que los varones de Galicia tenían una calidad del semen mucho mejor –casi el doble de espermatozoides por milímetro–, que un grupo similar de varones en Catalunya. Ahora se han analizado los tóxicos presentes en las madres (sangre y leche) y se han obtenido unos resultados consecuentes: las madres gallegas tienen menos contaminantes que las madres catalanas. El trabajo «refuerza la hipótesis de que los tóxicos ambientales transmitidos de madre a hijo durante el embarazo y la lactancia pueden ser una de las claves de la infertilidad masculina», afirma Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida del Institut Marquès. Los contaminantes, entre otros aspectos, alterarían el desarrollo de los testículos del embrión.
 Los investigadores del CSIC analizaron y midieron el nivel de las concentraciones de 38 compuestos químicos en muestras de leche materna de 34 mujeres catalanas y otras tantas mujeres gallegas y comprobaron que, de promedio, las primeras tenían un nivel de tóxicos acumulados en la leche cuatro veces mayor que las segundas.

 ENVASES, PESTICIDAS... / «Las diferencias pueden atribuirse a factores ambientales como la contaminación industrial y el uso de pesticidas agrícolas, pero también a ciertos hábitos alimentarios, como el mayor consumo de algunos congelados y envasados e incluso las sartenes de teflón», explica Damià Barceló, investigador del CSIC y director del Institut Català de Recerca de l’Aigua (ICRA). Estudios anteriores habían observado que la mala calidad del semen también era común a Murcia, País Vasco y Comunidad Valenciana.
 Algunos de los tóxicos analizados, como los PCB y los pesticidas organoclorados, se acumulan en medios grasos, por lo que la concentración en la leche materna es mayor que en otras zonas del organismo. Pese a ello, López-Teijón insiste en que «la lactancia materna tiene tantas ventajas, empezando por el aporte de defensas, que sigue siendo muy aconsejable. «Estamos preocupados por el deterioro del semen –concluye–, pero la solución es otra: evitar la exposición a sustancias tóxicas».

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